Meditación Facilitada por Temple
Inanna – Escuela Cosmosóphica
Aula Alpha
Meditación
de Luna Llena
LA LUNA ROJA
Introducción
Bienvenidos a este nuevo encuentro,
una reunión para fortalecer los lazos con Gaia y fluir en las energías
planetarias, esta vez en esta preciosa Luna Roja. Es el momento de reunirnos
para celebrar la riqueza de todo lo que nos ofrece la Madre Tierra, es un
instante para que la familia humana, sienta su casa, la gran esfera planetaria
y como ésta nos acoge y nos entrega todo de sí, es el momento para ofrecerle
nuestros respetos, para sentir gratitud por todo lo que recibimos, pese a que
no es de recibo el trato que le damos. Es el instante de establecer compromisos
con Gaia, de decretar que estamos unidos, que vamos a contribuir en potenciar
ese respeto. La Luna Roja nos invita a reunirnos, a celebrar que somos uno y a
expresar nuestros vínculos, con total satisfacción. Es importante la unión con
todos los reinos, sin excepción, solamente de esa unión vamos a poder sentir el
poder que generamos entre todos, más allá de cualquier origen, raza o creencia.
Los cereales, y en concreto el
trigo y el maíz, van a representar la abundancia del alimento, mientras que las
plantas, frutos, y raíces silvestres, van a representar la sabiduría de las
boticas medicinales y el poder de las flores y sus aromas, van a recordarnos
vibraciones de planos superiores que también están compartiendo la vida
planetaria, aunque no podamos verlos con los ojos abiertos.
La Luna Roja, es una luna de
conexión con todo, donde se desvanecen los lazos genéticos y se establecen las
conexiones de alma, aquí la expresión del cuerpo es secundaria y lo que
verdaderamente importa es lo que se halla, más allá de lo visible. Aquí y
ahora, la tribu es lo importante, es la que dirige, la que habla y define, de
forma elevada y libre como quiere vivir en este planeta, con el amor y el
respeto que es capaz de brindarle a la vida y a todas las formas de vida
existentes.
Seamos tribu, seamos aquello que
siempre quisimos.
Bienvenidos a la Luna Roja!!!
(pausa)
Comenzamos…
Nos colocamos en nuestro espacio
sagrado…
Cerramos los ojos…
Relajamos el cuerpo, comenzando por
las extremidades, tronco y cabeza…
Respiramos profundamente… tomando
conciencia del viaje interior que vamos a iniciar…
Nos conectamos con nuestro ritmo de
respiración… y nos armonizamos con él… sintiendo como con cada inspiración el
aire penetra en todas nuestras células…
Y con cada exhalación liberamos
toda la energía estancada de nuestro cuerpo…
Nos tomamos nuestro tiempo,
respirando rítmicamente…
(pequeña pausa)
Amanece, podemos ver como el astro
se eleva por el horizonte, sentimos el nacimiento de este nuevo y especial día.
Sentimos el poder solar más fuerte que nunca. Nuestra memoria celular nos trae
imágenes a nuestra retina, de la infinidad de días y días en los que la
humanidad hemos sentido al disco solar y hemos agradecido su presencia cada
amanecer. Elevamos las palmas de nuestras manos hacia el astro, sintiendo como
sus rayos penetran por ellas y recorren todos nuestros cuerpos, abrazándonos,
insuflándonos de pura energía viva que llega a cada rincón de nuestras células.
Respiramos profundamente el poderoso influjo de la energía solar matinal,
respiramos conscientemente su flujo y lo reconducimos por todas las áreas de
nuestros cuerpos, realizando un recorrido lento y atento, por cada órgano, por
los músculos y huesos, lentamente, sin dejar de prestar atención al gran flujo
sanador que nos está regalando el mismo señor del cielo.
(pausa)
Inundados por la fuerza solar, nos
dirigimos a celebrar con nuestros congéneres que nuestra convivencia es un
éxito, que somos capaces de ser esa tribu que crea cada día una oportunidad de
vida que nos satisface a todos. Nos dirigimos a un hermoso paraje situado en el
centro mismo del pueblo que entre todos hemos levantado. Se trata de la plaza
central, diseñada de forma natural con árboles, plantas, flores y sencillas
edificaciones que sirven para que los artesanos del lugar puedan exponer sus
obras, y los aprendices, puedan practicar. Bajo los portalones que rodean el
lugar, también hay mercaderes con todo tipo de alimentos, sobre todo con
cereales para elaborar exquisito pan. Encontramos trigo, cebada, arroz, mijo,
maíz y avena, así como una anciana artesana que amasa mientras le canta una
preciosa oración a la masa que con todo su amor está elaborando:
Este es el grano que de la tierra
brota,
que de semilla, se convierte en
espiga hermosa,
entonces mis manos dadoras,
con todo mi amor,
alimentan a cientos de personas.
Vejez de la semilla, del grano y la
espiga,
que gallarda se yergue ante el
astro,
cada día cuando éste emerge,
abanderando el día
para que yo con mis manos,
amase el fruto de la semilla.
Este es el pan,
que te quiero regalar.
Algunos niños y niñas, deciden
acompañar a la anciana panadera y cantan con ella, mientras sus compañeras
hornean la masa en fuegos de leña.
Una de ellas nos entrega un cacho de
hogaza, que saboreamos con la certeza, del alimento de sus nutrientes y de la
dosis de amor que le añadió la entrañable abuela.
Disfrutamos de este fruto de la
tierra, dando las gracias al creador, así como también al hacedor que supo cómo
utilizar el fruto de la creación.
(pausa)
Si continuamos paseando por la
plaza central, advertimos como la actividad se multiplica, así como cada vez
somos más, los que acudimos a celebrar este magnífico día de unicidad.
Escuchamos una silenciosa flauta, acompañada de una tímida arpa y de un osado
timbal, tres músicos están deleitando a los curiosos con una melodía acabada de
crear. Una pareja decide ponerse a bailar, espontáneamente idean una
coreografía cuyo compás es genial. De repente una delicada voz, intensa y profunda,
se alía con los instrumentistas, provocando que todos los artesanos conecten su
talento, sin siquiera ensayos. Dejan que sus almas guíen su corazón, de ese
único modo se crea un escenario improvisado, lleno de pura pasión. Decidimos
unirnos en ese baile, creando nuestros propios pasos, e invitando a todos
aquellos que deseen poner alma a sus días.
Bailamos…
(pausa)
Intensos estampados de colores
llaman ahora nuestra atención, nos acercamos a observar qué está sucediendo en
ese espacio cromático, allí vemos como sabias tejedoras hilan, creando tejidos
con fibras obtenidas de la naturaleza. Unas se dedican a la urdimbre y la
trama, mientras otras dibujan, colorean y estampan, y unas terceras, con el
telar acabado diseñan y elaboran vistosas ropas.
Nos encontramos también con
artesanos joyeros que con manos de experto diseñan preciosos abalorios, hechos
con cristales y elementos que recogen del entorno. Anillos, colgantes,
pendientes y pulseras, así como collares y vistosas diademas, embellecen aún más
si cabe, los ropajes que las modistas presentan.
La creatividad está a flor de piel,
este encuentro nos invita a descubrir nuestro propio poder creador. Nos conecta
con nuestro don, ahí donde nuestra alma es pura expresión. Sentimos ganas de
mostrar esa capacidad, así con esta intención penetramos más profundamente en
nuestro interior y nos visualizados mostrando aquello que mejor sabemos hacer,
sin reparos, alegres de que el mundo conozca nuestro talento.
Nos mezclamos entre los artesanos y
como uno más nos visualizamos imbuidos por lo que nuestra gran alma es capaz de
enseñar. Disfrutamos de esta conexión con el Espíritu Creador.
(pausa)
Tras este profundo vínculo con
nuestros talentos, nos sentimos más maduros y empoderados ante el mundo, pues
nos hemos hecho conscientes de que disponemos de todo lo necesario para sentir
la plenitud y que el oro, no es más que un símbolo de abundancia, pues ésta
está en saberse creador con aquello que la creación nos brinda. Valorar quiénes
somos y todo lo que nos entrega la vida, conscientes que igual que somos
receptores, también somos dadores y que eso nos hace sentir el flujo vital de
la abundancia, pues la carencia es solamente un estado de desequilibrio de la
percepción del mundo en el que vivimos. Ahora sabemos que para abrazar el mundo
real, sólo tenemos que aprender a unirnos al alma y a la realidad y que lejos
de ello, solamente podremos habitar en un mundo cerrado, creado por la
falsedad. Nuestra elección ahora es vital, sólo tenemos que decidir si somos tribu
o somos individuos de un mundo vacío. Viviremos aquello que elijamos.
Nos quedamos respirando y sintiendo
esta capacidad de unidad en la que nuestra alma quiere habitar, sabiendo que es
real. En este silencio mental, percibimos como ahora el alma es capaz de
percibir el mágico mundo elemental. Sonreímos, nos sentimos niños, nos sentimos
más unidos a todo lo que habita en este planeta. De repente, percibimos como
con nosotros también conviven hadas, elfos, gnomos y duendes, descubrimos que
forman parte de los reinos de este planeta y que su compañía nos hace más
ricos, pues ellos representan el lugar en el que depositamos todos nuestros
sueños, mientras el poder creador aún estaba dormido, como para encarnar
aquello que deseaba vivir el corazón.
Nos visualizamos unidos a todos los
reinos, rodeados de elementales, de árboles, plantas, animales y minerales.
Creamos una inmensa rueda de seres de todas los tipos, géneros y edades.
Visualizamos como poco a poco se unen a la rueda más entidades dispuestas a unirse
al alma común planetaria, siendo el planeta la única casa y la más perfecta,
conscientes de que si amas la madre tierra, la vida en la abundancia es real y
verdadera.
Nos quedamos sintiendo la unión de
almas y la conexión planetaria.
(larga pausa)
Agradecidos por este intenso
sentimiento, sentimos que queremos dejar claro nuestro compromiso, para ello
decidimos hablar claro y alto, decretando ante todos los presentes esa unión
indisoluble que ha decidido establecer nuestro corazón:
Siendo humano me siento vivo,
comprometido y enamorado
de esta tierra que el destino
quiso que acariciara con mis manos.
Después de vivir por siglos,
hoy he comprendido,
que todo lo aquí vivido,
es la riqueza de este divino camino,
que emprendí,
cuando era todavía un niño.
Hoy grito,
Soy uno contigo,
en mi corazón no hay ya más
abismos,
solamente un bello sonido,
que a ti y a todos vosotros os
brindo.
Desde los confines en los que se
encuentre mi Ser,
hoy a todos os digo,
que tengo la certeza,
de que mi Cielo, toca esta Tierra
con los pies.
Visualizamos como el gran corazón
del alma planetaria vibra como nunca antes, es una vibración que nos abraza, y
con idéntica gratitud, abrazamos. Podemos observar la diversidad de personas,
animales, y otras formas de vida elementales, que se han unido a la rueda que
escenifica la gran tribu planetaria, los árboles que nos rodean parece que
quieran hablarnos, sentimos como sus raíces comienzas a reactivarse,
desprendiendo una gran carga de energía, que actúa sobre la capa telúrica. Sentimos
como todos los árboles del planeta están conectados entre sí, a través de una
red lumínica subterránea que han desarrollado, sentimos como el córtex
planetario emite una preciosa música, se trata de la música del alma de Gaia.
La escuchamos atentamente, mientras podemos sentir como los seres intraterrenos
también se unen a nuestra rueda. Permanecemos en silencio, mientras escuchamos
la música de Gaia.
(pausa)
Conscientes de la unión con la
tribu, es el momento de regresar, tomando consciencia de todo lo vivido y de la
voluntad del Espíritu Creador, de ser y crear por y para el mundo real.
Poco a poco, tomamos consciencia de
nuestro cuerpo…
Integrados en la nueva vibración y
conectados profundamente a Gaia, ya podemos de regresar, lentamente, a nuestro
ritmo…
Sentimos las extremidades…El tronco
y la cabeza…
Y
poco apoco vamos abriendo los ojos…
Bienvenidos
a la vida consciente y a la vida presente!!!
Texto y narración a cargo
de Núria Gómez y Karme Millán
TEMPLE INANNA