LA LUNA VITAL

Meditación de Luna Llena

LA LUNA VITAL


Introducción

Bienvenidos a este nuevo encuentro, una reunión para fortalecer los lazos con Gaia y fluir en las energías planetarias, esta vez en esta espectacular Luna Azul, una Luna que nos conectará con el flujo vital de creación. Para ello debemos saber que es el momento de comprometernos con nosotros mismos, de dejar atrás todo aquello que nos hacía sentir limitante y pequeño, es el momento de reverdecer, de dejar de sentir que los frutos son algo que solamente pertenece al futuro. Es el momento de decir HASTA AQUÍ. Este punto de inflexión en el camino, es vital para que el siguiente paso que vamos a dar esté imprimido desde la voluntad superior del yo. Es el instante de tener la certeza de nuestra madurez. El niño interior está feliz, sano, alegre, confiado y dispuesto, con ganas de vivir todo aquello que a día de hoy no pudimos, pero deseamos con todas nuestras fuerzas. Las heridas están cerradas, la autoconsciencia de nuestro pasado, ha sido ampliada y desde todo el conocimiento adquirido y todo el ahínco vertido en nuestro avance, es el momento de resurgir como individuos, con ese precioso halo solar, que estamos aprendiendo a mostrar. Es el momento de sentir la serenidad que nos imprime nuestra resonancia solar. La Luna Llena en Leo de hoy nos lo muestra, nos habla de la estrecha relación que ella mantiene con el astro Sol. Ambos crean el día y la noche en un baile eterno, sin principio ni fin.
Los Registros Akáshicos planetarios se abren para dejar salir a la luz, todo aquello que el Sol atesoró. No hay más tiempo que esperar, es el presente el lugar en el que habitar. Es nuestra decisión vivir desde nuestra individualidad en armonía con la sociedad, sin condiciones, aceptando quiénes somos y quiénes son, aceptando sistemas, y creando vida nueva, sin rechazar, sin separar, sin dominar. Es el momento de tomar el flujo vital, y reconocer donde se expresa verdadera vida, en todos los planos y dimensiones de nuestro planeta. La humanidad somos un reino más de entre muchos. La humanidad conectada al flujo vital, sabe que comparte la tierra con otras muchas formas de vida y que todas ellas son tan sagradas y respetables como la nuestra. La misma diversidad que puede existir entre los propios seres humanos, se presenta en la diversidad de seres de otros planos. La Luna Vital de hoy, nos invita a sentirnos parte de la Gran Alma Planetaria como individuos maduros, no nos olvidemos que viviremos aquello que elijamos. ¿Elijes el alimento del Flujo Vital de Creación…? Si es así, acompáñanos, es el momento de sentir la creación en toda su dimensión.

Bienvenidos a la Luna Vital!!!





(pausa)

Comenzamos…
Nos colocamos en nuestro espacio sagrado…
Cerramos los ojos…
Relajamos el cuerpo, comenzando por las extremidades, tronco y cabeza…
Respiramos profundamente… tomando conciencia del viaje interior que vamos a iniciar…
Nos conectamos con nuestro ritmo de respiración… y nos armonizamos con él… sintiendo como con cada inspiración el aire penetra en todas nuestras células…
Y con cada exhalación liberamos toda la energía estancada de nuestro cuerpo…
Nos tomamos nuestro tiempo, respirando rítmicamente…

(pequeña pausa)

Amanece, abro los ojos a un nuevo día, hoy sé que todo es diferente y no porque nada externo haya cambiado, sino porque he sido yo quien ha alcanzado a transformar mi perspectiva. Me siento presente. Mi primer gesto es una sincera sonrisa. Estoy vivo. Siento el gran templo que representa mi cuerpo para mi alma, ahí donde cada día suceden infinidad de movimientos que siquiera conozco. Reconozco el estado de salud y me anclo ahí, saboreando, disfrutando del bienestar que decido amplificar para vivir el resto del día. Me siento presente. Realizo una breve revisión sobre mis responsabilidades del día que comienza. Sonrío. Voy a ejercerlas sin problemas, poniendo todas mis capacidades y toda mi experiencia. Recuerdo cuando en el pasado una parte de mi se revelaba ante ellas y luchaba con todas sus fuerzas por evitarlas, sin madurez para establecer compromisos ni sabiduría para enfrentar posibles conflictos. Siento como esa parte de mi ha dejado de dominarme y como hoy, puedo encaminarme a mi vida diaria sin sentir que las tareas del día a día son una obligación ni causan ningún tipo de pesar o condición, pues hoy yo elijo lo que vivo y como vivirlo.
Disfruto de esta nueva visión y me enorgullezco de haber aprendido a transformar mi interior a un estado superior que me transmite alegría. Siento amor, siento el amor y el respeto que me tengo. Siento amarlo todo, incluido yo. Me siento amado y presente.

(pausa)

Sintiéndome presente aprendo a caminar todos los días desde este nuevo estado interior que me aporta satisfacción y dicha. Sé que la vida me continuará poniendo retos. Retos que tendré que afrontar desde la sabiduría y no desde la inmadurez emocional del pasado. Sé que cada reto supondrá una forma de adquirir mayor maestría, de desplegar todas mis capacidades internas ante la vida y descubrirme más allá de cualquier estado de confort que no alimenta mi alma, ni le permite seguir creciendo. Me siento enamorado de la vida y por ello vibro con toda la energía viva con la que me encuentro. Vibro con el planeta y con toda forma de vida. Las enseñanzas recibidas me han hecho comprender que cada uno tenemos un ritmo de aprendizaje y que es importante respetarlo. Siento la madurez de mis intenciones, de mis juicios, de mis palabras. Siento como el otro es un aliado y pongo los límites a quienes no siento tener que integrarlos, pues he elegido vivir y no seguir viviendo luchando. Siento y doy respeto y por ello pido respeto. Siento como armonizo, como tomo equilibrio, como aunque surjan movimientos inesperados, ahora conozco de mí como afrontarlos. Me siento fuerte y presente. Me siento preparado.

(pausa)



Tras saber que he sido capaz de identificar, integrar y aceptar todas las creencias procedentes de dogmas y doctrinas que me habían encapsulado, limitado y encarcelado una importante parte de mí, decido descubrirme más allá de esas creencias y cada mañana al poner los pies en el suelo, siento como doy pasos hacia ese aspecto de mí que permanece dormido y que todavía no conozco. Voy en mi busca. Voy hacia mí, hacia lo que no conozco porque no pudo o no tuvo oportunidad de vivir. Camino hacia lo desconocido, con consciencia de que aquello que se cruce en mi camino es exactamente lo que necesito para continuar descubriéndome. Ahora ya no me condicionan las influencias del pasado, ahora todo ese pasado es mi riqueza, mi motor, mi madurez. Sé que si recurro a actitudes de víctima, jamás podré sentir lo que es vivir. Sé que si actúa desde la libertad de ser y elegir, mi vida será reflejo de aquello que creo, tanto como libre pensador, como creador. Siento la ley de atracción y como desde ahí soy capaz de crear una nueva vida para mí. Me siento presente, vivo y creador.

(pausa)

Cuando miro a los ojos a los otros desde la mirada del creador, puedo sentir el máximo respeto y admiración por la sabiduría del creador ajena, tanto como por la mía. Siento que ese mismo amor que soy capaz de entregar a la vida, es entregado por los demás, consciente de que cada uno lo hace como mejor sabe y de acuerdo a su propio aprendizaje y que no todo es de un solo tono, sino que la vibración sostiene una amplia gama de colores, siendo estos los pinceles con los que la vida expresa la diversidad que habita en nuestro planeta tierra. Siento la dicha de pertenecer a la Raza Humana y de que pese a que tengo motivos para avergonzarme de nuestra inmadurez expresada en violencia, superioridad, rigidez, y mucho más, sé que nuestra cualidad de humanos es algo que aprender y desde ahí descubrir que con nosotros habitan otros muchos reinos que merecen todo nuestro respeto. Me siento presente y aliado no solo de los seres humanos, sino también de los animales, vegetales, elementales, minerales y ángeles. Es decir, de toda forma de vida cuya casa es el planeta tierra, de igual modo que lo es para mí. Siento que si la madre tierra tiene capacidad para acoger, alimentar y nutrir a todas las formas de vida que convivimos, yo también soy capaz de desarrollarla en mí. Siento la gran alma planetaria más presente que nunca, en todas las miradas, en la Naturaleza, en un amanecer, en el alba, y en una tormenta. Siento vibrar mi Ser, alineado con el planeta. Yo vibro.

(pausa)

Desde esta, mi nueva consciencia camino presente por la línea de tiempo que me ofrece la vida. Doy pasos con amor y desde la alegría, sintiéndome constructor de mis días, sintiéndome embajador de mi sabiduría, sintiéndome viajero y descubridor de mundos y culturas desconocidas, sintiéndome como el aguador, como ese gran Ser que alimentándose de la vida, vierte el agua del manantial emocional de su más elevada sabiduría, compartiendo quien es, compartiendo lo que sabe, compartiendo y conviviendo con todos, sabiéndose libre, sabiéndose poderoso, sabiéndose amoroso. Me siento presente, la ausencia, el abandono o el rechazo no están en mi camino. Recuerdo cada día que yo elijo mi vida, que soy el arquitecto de mis días y como tal diseño el plan, permitiendo que la vida me sorprenda, pues confío plenamente en ella.

(pausa)

Mi cualidad de guerrero se hace presente, pero ahora no es para luchar a muerte, ni para enemistarme con mi contrincante, ni para enarbolarme como vencedor, es para saberme lo suficientemente fuerte como para encajar con poder las experiencias que voy a continuar viviendo.
Mi cualidad de maestro se hace presente, pero no es para adoctrinar, ni imponer mis creencias a nadie, es para convertirme en referente, en alguien a quien observar porque ha aprendido a ser coherente con aquello que piensa, hace y siente.
Mi cualidad de anciano se hace presente, pero no para sentirme patriarca o matriarca de nadie, sino para expresar lo que me ha llevado a esa ancianidad, valorando cada arcaico paso que supe dar, desde la inmadurez del bebé hasta donde hoy he logrado habitar.
Guerrero, maestro y anciano, son mis legados, con ellos sigo caminando, aprendiendo a cada paso, elevando, abanderando la conciencia que me he labrado. Yo Soy.

(pausa)

Me siento integrado, habitando más allá de la polaridad que habla sobre el bien y el mal. Ahora sé que eso no existe, que es relativo y que depende de cómo lo vives. Ahora sé que aquello que creí perjudicial o maligno para mí Ser, es lo que me convirtió en la persona que soy. Siento la relatividad de todo. Siento la presencia del Observador. Siento que puede mirar desde donde estoy y no volver a caer en la división.
Acepto los ritmos por los que transito, admito que el tiempo es mi amigo, que cada transformación que vivo es un hito, y que la estabilidad lineal no existe en el mundo terrenal.
Me siento presente, observador y fluyendo en el tiempo, con confianza y amor.

(pausa)

Es el momento de mirar a la dualidad de género, a esa cualidad universal que separa lo femenino de lo masculino como si no existiera el neutro. Examino mi propia dualidad. La miro de frente. Reconozco cada uno de los aspectos y los respeto como individualidad, reconociendo sus diferencias, sin valorar a una por encima de la otra. Integro ambas energías en sus correspondientes hemisferios. Respiro mis atributos masculinos y también mis atributos femeninos. Siento como solamente unidos alcanzan ambos a expresar mi verdadera esencia. Siento su baile, como se integran como ambas energías se convierten en una, en la única en el andrógeno que es en realidad, independientemente del sexo que expresa su cuerpo. Me siento presente. Me siento consciente.

(pausa)

Desde el reconocimiento de quien Yo Soy, siento a mi alma vibrar en resonancia a su espíritu. Siento como la ley de la correspondencia se ha cumplido y como el cielo ha encarnado en la tierra. Siento mi propia presencia. Siento como las leyes universales son mi ciencia y como cada uno a su ritmo, se alimenta del flujo vital, para dejar de hacerlo de canales que merman sus días.
La vitalidad universal fluye por todo mí Ser. Me nutre todos los días. Me siento presente y conectado a este flujo diáfano, amoroso, acogedor, que me llena de permanente alegría. Desde este estado permanezco viviendo, presente en este ahora, en este instante único que tengo, conectado al espacio, consciente de mi pasado, constructor de mi futuro. Yo Soy pura conciencia universal, latiendo en la eternidad.

(pausa)

Desde la serenidad que me confiere este superlativo estado de autoconsciencia, permito que el flujo vital me invada todos los días del resto de mi vida y desde ahí decido vivir, decretando que esta es mi elección, con sinceridad de corazón.



En absoluta correspondencia cielo-tierra es el momento de regresar, tomando consciencia de todo lo sentido y de la voluntad de nuestro Espíritu Creador, de ser y crear por y para el mundo real.
Poco a poco, tomamos consciencia de nuestro cuerpo…
Integrados en la nueva vibración y conectados profundamente a Gaia, ya podemos de regresar, lentamente, a nuestro ritmo…
Sentimos las extremidades…El tronco y la cabeza…
Y poco apoco vamos abriendo los ojos…
Bienvenidos a la vida consciente y a la vida presente!!!

Texto y narración a cargo de Núria Gómez y Karme Millán
TEMPLE INANNA

www.templeinanna.blogspot.com

 Nº Registro: 1801265595107